lunes, 30 de agosto de 2010

Vida en DC

En los días siguientes a nuestra llegada a D.C., nos enfocamos a darle un tour rápido a mi tío porque el sólo se quedó poco tiempo. El día siguiente de haber llegado, fuimos a visitar la catedral de Washington.





Entramos a un tour de gárgolas; te explicaban qué era una gárgola y también te mostraban con las que contaba la catedral. Yo me imaginaba demonios horribles con gargantas abiertas y cosas así. Cuando empezó la conferencia y comenzaron a hablar de la catedral, salieron con algo como esto...




ASÍ ES, una "gárgola" (mejor llamada estatuilla decorativa) de Dar Vader. Resulta que el edificio no es tan antiguo como parece, y durante su construcción hace unos treinta años, se le pidió a la comunidad vecina una aportación económica para poder financiar la construcción, y que a cambio se le permitía poner una "gárgola" en su honor. Al parecer uno de los que cooperaron era gran fan de Star Wars.


Fuimos al Zoologico..


Y a la alberca del edificio.




También fuimos al Smithsonian Air and Space Museum y al Smithsonian Art Gallery.. algo así, a ver las pinturas de Monet, Manet, Picasso y muchas más. Por suerte, a mi me queda muchisimo más tiempo para ver y curosear lugares culturales por aquí, así que próximamente visitaré los mismos lugares pero con muchísima más calma.




domingo, 29 de agosto de 2010

Lejos de casa


Hace ya algunas semanas de estos acontecimientos, y trataré de ser objetiva.

Debido a mi inconforme estancia en la facultad en la que cursaba mi primer año de licenciatura, el miércoles 10 de agosto de 2010 salí de Monterrey hacia Washington D.C. con mi prima y mi tío. Ella vive allá con su familia y mi tío nos acompañaba a nosotras para que no nos fuéramos solas en carretera hasta allá. ¿Por qué en carretera? Porque además de carecer con suficiente financiamiento para el viaje en avión, a las mascotas de mi prima (dos perras: una dálmata llamada Tita y una springer inglesa llamada Milka) se les complicó viajar en avión, y fue una de las razones por las cual se elijió el viaje por carretera. Se nos hizo un poco tarde y partimos hacia la carretera a las once de la mañana. Es muy impresionante como la civilización va extendiendose y acabando con áreas en las que antes parecían muy lejanas a la civilización moderna, pero después de un rato siguió la esperada abundante vegetación.


En nuestro primer día de viaje llegamos a cruzar la frontera, pedimos nuestro permiso para adentrarnos más de no se que tantas millas (el calor estaba horrible) y continuamos nuestro destino. Comimos deliciosa Quarter pound de McDonald's (la hamburguesa fabricada por ellos más grande que he visto, en USA sí las hacen de tamaño razonable). Esa noche llegamos a La Quinta que está en las afueras de Austin, cerca de Georgetown. El único hotel del viaje que me agradó. Ordenamos servicio al cuarto y yo me comí una deliciosa lasagna enorme que me tuve que sacrificar mi estómago para que me cupiera completa.


A la mañana siguiente salimos y seguimos con dirección a Dallas para seguir hacia Texarkana y por lo menos salir de Texas ese día. Pues bien, con la frase de "Texas seems to last forever" publicada en el facebook de mi prima desde su blackberry horas después salimos del estado y entramos en Arkansas. La carretera está HERMOSA y me enamoré de ella profundamente <3.





Pasamos Texarkana y nos quedamos de nuevo en La Quinta en la capital de Arkansas, Little Rock. El hotel estaba muy feo y la gente ni se diga. Gente sucia y con muy poco sentido de la disimulación es la que VIVE ahí. Se te quedan viendo acosadoramente cada vez que les pasas por un lado. Al parecer hay un plan para gente que se le haga sencillo vivir que rentar los cuartos. En fin, pedimos pizza esa noche, sacamos a que las perras hicieras sus necesidades y nos fuimos a dormir.



El día siguiente, viernes doce de agosto, salimos lo más rápido que pudimos del lugar infestado de thrillers y salimos con dirección a Memphis y Nasville. Llegando a Tennessiee, la ciudad que más cercana es Memphis, después de pasar por un puente cruzando un río...






Y así como se veía eterna la llegada de fin de Texas, así veíamos eterna la llegada a Nashville. Cruzamos la mayor parte de Tennessee ese día (carretera preciosa también) y se nos hizo de noche en la carretera.






Le pedimos al navegador que buscara el hotel 6 más cercano (es uno de los pocos hoteles donde aceptan perros) y nos señaló hacia un pueblo-ciudad llamada Morristown, SUPER metido en el bosque. Cuando vas por la carretera no te imaginas que una ciudad así esté detrás de los árboles. Después de desviarnos y de recorrer como diez millas tratando de encontrar el hotel en el pueblo-ciudad, por fin llegamos después de más de veinte minutos de búsqueda. Llegamos y el hotel era muy pequeño. Cuando pedimos un cuarto, la dependiente nos dijo que enfrente del hotel había un pequeño restaurante muy rico y que fuéramos para cenar, sólo que cuando fuimos a checar ya estaba cerrado y decidimos comer del Subway que estaba del otro lado de la carretera.

Por la mañana fuimos a desayunar al lugar que la dependiente nos recomendó. Al pasar por la puerta de entrada, fue como si hubiéramos entrado a los años cincuenta. Las paredes estaban pintadas de un verde pálido si mal no recuerdo, con cuadros con fotografías en blanco y negro. Al fondo una mampara de madera dividía el lugar en dos: la cocina (al fondo) y el comedor. No se podía ver nada del lado de la cocina y a la vista estaba el comedor. Las mesas cuadraras con bordes redondeados decoradas con tapices de plástico con diseño de madera estaban acomodadas a lo largo del lugar. Cuando entramos todas las personas que estaban comiendo nos voltearon a ver (así como pasa en las películas que entras a un lugar según tu con toda la calma del mundo y cuando te das cuenta tienes los ojos de todos posados en ti). Sonreímos y nos sentamos en una mesa cerca de la puerta. Unos señores viejos se reunían a unas mesas de nosotros, y cada persona que llegaba saludaba con gran alegría a los demás que se encontraban ya comiendo. Al parecer la gente grande de ahí se conocen todos entre sí. Esperamos a que la mesera nos atendiera: una señora grande de estatura media, media llenita, cono ojos pequeños azules y con el cabello de vuelta a la época cincuentosa se acercó a nuestra mesa. Ordenamos un omelette, deasayunamos tranquilamente y salimos a disfrutar de lo que sería nuestro último día de viaje en carretera.



Salimos desde las nueve y media más o menos de Morristown y nos encaminamos en lo que sería la última parte del viaje, que consistió en atravesar todo Virginia. Pasamos por el famoso pueblo de Salem a comprar algo y a pasear a las perras. No sabía que en USA no existía Carl's Jr.



Más geología del lugar <3




Ese día llegamos a DC como a las cinco o seis de la tarde, dando por terminado nuestro tedioso viaje de cuatro días (: